“Sentimiento colectivo”

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“Si se calla el cantor, calla la vida” frase del cantautor Horacio Guarany que nos lleva a la maravillosa reflexión: qué sería la vida sin intrépidas voces llenas de aliento, armoniosas guitarras que rasgan lo más profundo de nuestro corazón, tamborcitos que marcan los tiempos de nuestros pasos en la interminable lucha, audaces flautas que dirigen nuestra alma a sentir el frio y el calor que explota a nuestro hermano, en fin, qué sería de nuestra lucha si en ella no existieran cantores, poetas, pintores que al igual que la luna nos alumbra en la oscuridad, ellos alumbran nuestro camino con su canto, con sus frases, con el sentimiento más intenso y golpeado de su ser por la ardua batalla que vivimos día a día.

El veintiocho de junio del pasado año golpearon nuestra libertad asaltando la casa presidencial y usurpando a nuestro presidente. Dolor, tristeza, impotencia, odio son algunos de los sentimientos que inundaron nuestros corazones creando cataratas y torrentes de fortaleza, valor, alegría y esperanza con el que nuestros queridos artistas y no tan queridos por otros nos llenan y reaniman con sus más profundas expresiones.

Incontables son los creadores de tan virtuosas y reflexivas obras, sin embargo pocos son los que con audacia y valentía relatan la cruda violencia y tristeza que abordan nuestras calles a diario.

De este triste episodio, que con valentía afrontamos cada segundo, han surgido y resurgido talentosos trovadores, usted los vera caminando por las calles, estudiando en las universidades, trabajando en el campo, inclusive laborando al lado suyo y ni cuenta se dará que son los creadores de tan prestigiosas obras, y todo esto por una simple razón mis queridos amigos, ellos jamás buscarán hacerse famosos a costa de relatar la realidad desde su punto de vista, jamás buscarán enriquecerse contando la historia del desdichado a diferencia de “ciertos profesionales” que dicen llamarse personas humanitarias al grabar un video diciendo querer nuestra patria o peor aún, al tomarse una foto con la persona más pobre dejándola después en el abandono de su mísera realidad.

Un duro golpe nos han dado, pero lo que no tienen ellos, nos sobra a nosotros que es el más grande sentimiento revolucionario que vive dentro de nuestros corazones: el amor, el amor de un pueblo unido que jamás callaran sus voces y nada detendrá sus gigantescos pasos, el amor utópico de vivir en un mundo donde todos seamos tratados con la misma dignidad como fundamento primordial del derecho humano.

Lo que expresan nuestros cantores, poetas, pintores es nuestra realidad, pero esto, no es para que sintamos pena, mas bien, para crear y despertar conciencias que han sido adormecidas por el sistema que siempre ha pretendido envolvernos y engañarnos con sus falsas maniobras.

Saul Chavez

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