“Trancazo”

Honduras ha vivido una permanente crisis económica, política y social, no obstante a partir del 28 de junio del año recién pasado cuando los grupos oligárquicos del país junto con las fuerzas armadas y los partidos tradicionales dieron un golpe de estado político militar, esas crisis se agravaron, principalmente la económica a tal grado que todos los países del mundo y los organismos internacionales suspendieron la ayuda económica afectando principalmente a las clases desposeídas que viven en indigencia y a la clase media que prácticamente ya no existe.
Esos grupos golpistas que nos llevaron a un proceso fraudulento y que se hicieron del poder disque de una forma democrática ahora nos quieren imponer una ley llamada “Ley de Fortalecimiento, de los Ingresos, Equidad Social y Racionalización del Gasto Publico” con un matiz amañado de afectación a las clases económicamente poderosas o pudientes, sin embargo todos sabemos que el efecto de esa ley afecta directa o indirectamente a las clases más pobres, porque esos grupos lo que hacen es trasladar esas cargas impositivas al precio de los productos de consumo.
Estos impuestos siempre son amortiguados por personas de escasos recursos, aquellas que trabajan arduamente para recibir cada mes, y diario a diario un mísero salario que solo sirve para sobrevivir, a tal extremo que ya no podrán ni ahogar las penas porque hasta el aguardiente se ha convertido en una ilusión para la mayoría.
Este duro golpe como siempre dirigido a los más pobres, es el reflejo de un sistema que genera y reproduce las condiciones de explotación que lo perpetúan, pues se nutre de la pobreza de miles de millones de personas, la degradación, discriminación y el sufrimiento de muchos para producir la riqueza de unos pocos.
Con esto nos damos cuenta una vez más que el Congreso Nacional está lleno de simples peones de los grupos oligárquicos que solo quieren mantener un status, diputados que no representan en ningún momento los intereses de un pueblo sediento de justicia, empleo, seguridad, salud, vivienda y todas aquellas necesidades que garanticen la dignidad del ser humano, tomando como siempre las decisiones sin consultarle al pueblo, sin su participación.
Lo realmente sorprendente es que con la crisis que estamos sufriendo por culpa de este sistema económico protegido y apoyado por los poderosos de este país, aún se siga cuestionando a quienes quieren construir nuevas alternativas en beneficio de las grandes mayorías.
Estas son las claras consecuencias del golpe de estado que deterioro completamente la economia de nuestro país.

Samuel Inestroza